Aunque es verdad que en los pasillos de los hospitales se vive una situación acelerada, por parte del equipo de salud que lucha contra los resultados de la pandemia. Por esos mismo pasillos se respira un aire de esperanza.
Acompañando a cada paciente recuperado, se escucha el sonido de aplausos a su paso. Celebraciones por haber librado una gran lucha; una lucha que se reconoce por haber derrotado a la terrible enfermedad que azota a nuestro mundo.
Una detalle bellísimo, que sin duda, no será olvidado fácilmente.